Todos en algún punto de nuestra
vida hemos pensado o por lo menos escuchado de otras personas que el éxito de
los negocios depende de la suerte. Frases como: Que suerte tuvo, tuvo mucha
suerte en ese negocio. Nos dan la percepción que el éxito depende de un golpe
de suerte que llega de la nada, sin tomar en cuenta el arduo y continuo trabajo
que se llevo acabo para que esa suerte llegara.
En este post profundizaremos que
papel juega la suerte en los negocios desde el punto de vista de la
administración. Para algunos autores la suerte juega un papel determinante en
los negocios y en la toma de decisiones estratégicas, y en su versión mas
extrema, la suerte anula casi por completo a las estrategias adoptadas por
una empresa, pero, ¿es esto real?.
La suerte es el factor X de la
administración, se tiene bien identificada que si juega un papel dentro de las
organizaciones de negocios, pero, este papel es solo complementario o
multiplicador del trabajo duro, los componentes genéricos de las ventajas
competitivas (lo que nos da ventajas sobre otras empresas) son:
1. Eficiencia
2. Calidad
3. Innovación
4. Capacidad de
respuesta a los clientes
Es cierto que una empresa por
medio de un golpe de suerte pueda lograr una mejora en alguno de estos
componentes, pero es muy difícil imaginar que alguno de estos componentes o
todos puedan lograr una excelencia sostenida dependiendo solamente de la
suerte, es decir, sin esfuerzo consistente y sin estrategia.
Veamos esta idea en la práctica:
La suerte de Bill Gates:
El producto que dio a conocer a Microsoft y le dio el renombre que
actualmente tiene fue MS-DOS, el sistema operativo que vendió a IBM, pero
originalmente este sistema operativo no fue desarrollado por Microsoft, sino
por Seattle computer quien desarrolló Q-DOS.
Cuando IBM intentó encontrar un sistema operativo para sus
computadoras, sostuvo pláticas con muchas compañías entre ellas Microsoft
(Seattle computer no estuvo entre esas compañías); Bill Gates sabia que Seattle
Computer había desarrollado un sistema operativo y no dudó en hacer una oferta
para obtener Q-DOS. Prestó a su padre,
socio ejecutivo de un importante despacho de abogados, $50,000 y con ese dinero
visito al CEO de Seattle computer y ofreció comprar todos los derechos del
sistema que había desarrollado.
Seattle computer en ese momento pasaba una mala situación financiera y
aceptó inmediatamente. Gates asignó el nuevo nombre al sistema operativo, lo
actualizó un poco y vendió a IBM.
A simple vista este ejemplo es un
golpe de suerte único en la vida en donde todo se complementa, no hay duda de
eso, es una suerte que Seattle computer no conociera la licitación de IBM, es
una suerte que Bill Gates tuviera un papá rico, es una suerte que Microsoft
supiera de la existencia de Q-DOS.
Pero nada de esto es una
casualidad ni mucho menos llegó de la nada. Microsoft ya participaba con
renombre dentro de la creación de sistemas operativos, su primer programa
Microsoft Basic había tenido bastante fama. IBM acudió a Microsoft porque la
compañía ya había ganado renombre en la industria.
Es un error atribuir el éxito de
Microsoft a la suerte, en este caso específico tuvo suerte, pero esta suerte
fue solo un impulso. Después de MS-DOS Microsoft a desarrollado por lo menos 7
sistemas operativos nuevos. Sí Microsoft
se hubiera quedado dependiendo de ese golpe de suerte hoy no existiría, por el
contrario, creó un flujo constante de programas innovadores para garantizar el
éxito en su mercado.
La suerte puede llegar a
nosotros, pero solo si antes hemos invertido en trabajo constante y esta suerte
no será eterna, por lo tanto, no es un determinante para el éxito sostenido
empresarial. Es por esto que concluimos que la suerte es solo un complemento
que llega con el trabajo duro.
Como dijo el famoso golfista Gary
Palmer: “Mientras mas trabajo, mas suerte parezco tener.”
Así que si comenzarás un
negocio basado en que te ira bien porque
tienes el presentimiento que tendrás suerte, es el momento de replantear tu
estrategia, marcar el camino que llevarás junto a tu empresa y empezar a
trabajar constante y arduamente, solo de
esta forma la suerte llegará y de allí en adelante la innovación será tu mejor
aliada para alcanzar un éxito real y sostenido.
Jorge A.


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